Es difícil encontrar a alguien que no le guste el chocolate, por lo general suele ser una delicia consumirlo, y no debería causarnos remordimiento de conciencia, con respecto a nuestra dieta, o al miedo a engordar, ya que siempre que se consuma con moderación, es un alimento con muy buenas propiedades para nuestro organismo.
Para conseguir estos beneficios, es importante que nos fijemos en qué tipo de chocolate consumimos. Debemos tratar de elegir el que sea lo más natural posible, ya que otra cosa muy distinta son los ingredientes que se le suele añadir, en productos de bollería, por ejemplo, o pastelería industrial, que como todos sabemos, sí que son muy perjudiciales para nuestra salud. Cuantos menos ingredientes contenga, más puro y sano resultará.
Alguna vez habremos oído que el chocolate es bueno para la depresión. Pués es totalmente cierto, ya que contiene un aminoácido llamado triptophan, que es un antidepresivo natural, y favorece la relajación, y sin efectos secundarios.
El chocolate, es beneficioso para la función cardíaca, y si es puro, ó lo más puro posible, no contiene colesterol.
Se le atribuyen también propiedades afrodisíacas, por su contenido en teobromina, que dilata los vasos sanguíneos, y puede aumentar la sensación de placer.
Como dato curioso, se pudo comprobar en un estudio, que el consumo de chocolate produce endorfinas, lo que consigue una sensación de euforia muy parecida a la que se consigue al besar.
Insistimos, siempre con moderación, podremos permitirnos disfrutar de este placer.
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