El Aceite de Crisálida, se empezó a utilizar hace miles de años, en China, para solucionar problemas de piel, de todo tipo, por su poder regenerante, e incluso antioxidante, pero no se dió a conocer en el resto del mundo.
Después, a mediados del siglo XX, en una fábrica de seda, en Córcega, y en la que trabajaban muchas mujeres, se dieron cuenta , casualmente que a pesar de cortarse frecuentemente, por su trabajo, estas mujeres tenían unas manos impresionantemente suaves y su piel sana. Por ello, se investigó, llegando a la conclusión, de que a pesar de realizar un trabajo duro, sus manos estaban en contacto contínuo con el Aceite de Crisálida, y poco después, una vez comprobadas sus propiedades regenerativas, fué patentado. Se estudiaron problemas de piel, ezcemas, cicatrices, psoriasis, incluso pieles quemadas, y los resultados fueron espectaculares, con lo que este hallazgo supuso uno de los más importantes en el campo de la cosmética natural.
El gusano de seda, almacena en su capullo, este aceite, antes de convertirse en mariposa. De ahí se extrae.
Es muy rico en proteínas, amionácidos esenciales, ácidos grasos Omega 3 y 6, y en vitaminas lipo. Esta inmejorable fórmula, resulta muy eficaz regenerando las células de la piel, y como tratamiento en todos los problemas de piel, cosiguiendo eliminar estrías, manchas, casos de alergias, y en general cualquier anomalía, consiguiendo impresionantes resultados.
Obviamente, al ser un eficaz regenerante, es también un excelente antioxidante, por lo que retarda la aparición de arrugas, y consigue difuminar notablemente las arrugas existentes. Los resultados se empiezan a ver desde la primera aplicación.
En resumen, al Aceite de Crisalída es hoy en día, de los mejores regenerantes y revitalizantes que podemos encontrar para la piel, en todas las edades o casos, y algo importante, son productos naturales.
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